Todos los viajeros que lleguen a Irlanda deberán tener una prueba Covid-19 negativa a partir de este sábado. El pasajero debe obtener la prueba negativa dentro de los tres días anteriores a su llegada a Irlanda.
La prueba también debe ser realizada por un laboratorio y no se aceptarán pruebas rápidas de antígenos.
La administración de fronteras del aeropuerto pedirá a los pasajeros que presenten el resultado de la prueba a su llegada y el incumplimiento puede resultar en una multa.
El Gabinete acordó extender las regulaciones sobre viajes al extranjero a todos los países mientras luchan por contener el mayor brote de coronavirus desde marzo pasado.
Hasta ahora, el gobierno participaba en un sistema de semáforos diseñado por la Comisión de la Unión Europea para viajes internacionales. Según este plan, se aplican diferentes reglas a los viajeros, dependiendo de la propagación del virus en el país de origen.
El requisito de una prueba negativa ahora reemplazará las regulaciones de viaje de la Unión Europea. Sin embargo, las reglas de la Unión Europea todavía se aplican a los pasajeros tan pronto como llegan.
Los viajeros de países verdes y naranjas no tendrán que restringir sus movimientos cuando lleguen con una prueba negativa. Los que lleguen de países rojos deberán restringir su movimiento durante cinco días a su llegada. Sin embargo, si obtienen una prueba clara después de cinco días, ya no tendrán que restringir sus movimientos.
Los pasajeros de Gran Bretaña y Sudáfrica deberán restringir el movimiento durante 14 días, incluso con una prueba negativa.
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